—A
la Sombra del mezcal
Presencias
y evocaciones
Por : josé rodriguez
A
la memoria de Víctor Celso Cruz Montes, profundo conocedor en la
materia.
Tan
pronto como el Ing. Rubén Sánchez Rendón, puso en mis manos la obra “A la sombra
del mezcal”, decidí leerla convencido de que es un buen producto literario. Como
en sus novelas anteriores, Juan Sánchez Andraca, sabe manejar con destreza el
género novelístico. Es un gran maestro de la narración que domina como pocos la
frase corta y sabe combinar la técnica que se exige para el caso. Es franco,
directo, incisivo y profundamente pedagógico. En esta obra como en casi todos
sus libros anteriores introduce elementos erotico-emotivos que despeja en el
momento preciso. Ni antes, ni después.
A
la sombra del mezcal, es un trabajo de filigrana. Cumple el propósito de
evidenciar el esfuerzo que por años han desarrollado generaciones de
guerrerenses, dedicados a la producción de mezcal, para gusto y salud de todas
las clases sociales, especialmente la población campesina. Los fabriqueros han
conservado con admirable celo los secretos y habilidades para producir esta
bebida, que para algunos, es “elixir de los dioses”. El autor hace gala de su
conocimiento, experiencia e información recabada en distintos lugares del país,
especialmente en el estado de Oaxaca y en las regiones de
Guerrero.
Juan
relata los tiempos aquéllos en que los productores de mezcal eran salvajemente
reprimidos por funcionarios del gobierno. Fue el gobernador Alejandro Cervantes
Delgado, quien no tan sólo protegió a los campesinos dedicados a esta actividad,
si no que estableció medidas para estimular la organización, siembra, producción
y difusión a todo lo relacionado con el maguey-mezcal. Se afianzó la idea de que
esta bebida si se toma con moderación, puede generar pleno disfrute y larga
vida. Sánchez Andraca en su ameno relato pone en boca del ilustre escritor
oaxaqueño Andrés Henestrosa, quien atribuyó su longeva existencia de más de cien
años a la costumbre de tomar diariamente tres copas de mezcal. “…Si quieres
vivir muchos años, si quieres tener una vida sana y caminar por el mundo sin
nervios, sin prisas y alegre, no dejes de tomar mezcal” (pág.
109.).
Esta
es una novela alejada de la ficción. Sus paisajes físicos y humanos son reales;
los personajes se identifican fácilmente; acota referencias sobre hechos, datos,
cifras, costumbres, prácticas y formas de organización y producción. Como es el
caso de los dirigentes de las diversas organizaciones de productores de mezcal y
el trabajo de certificación que realiza a nivel nacional el Consejo Mexicano
Regulador de la Calidad del Mezcal, conforme a la norma NOM-070-SCFI-1994.
Enumera las gestiones que a lo largo de décadas realizaron varias plantas
destiladoras como la que lanzó la marca “Mezcal Guerrero”, en Teloloapan. Sería
largo mencionar a todos los personajes que desfilan en el libro mencionado.
Basta con afirmar que los esfuerzos, preocupaciones y tribulaciones, se
registran con nombre y apellidos. Se hace justicia a Chilapa, Chichihualco,
Zumpango, Xochipala, Zihuaquio, Mazatlán, Almolonga, Atliaca, Pilcaya y algunos
otros lugares de la Sierra de Guerrero y la región Centro del
estado.
El
autor reconoce el ejercicio de documentación y promoción del ingeniero Tulio R.
Estrada Castañón, quién compartió el resultado de su investigación, experiencias
y entrevistas. Debo mencionar que en la novela se incorporan muchos trabajos
poéticos relativos al mezcal, recopilados por el ingeniero Tulio. Otros
pertenecen a la autoría de Emilio Ángel Lome Serrano, José León Guevara
Manzanarez, Sem Díaz, Horacio Adame Hernández y el Profr. Luis Aguilar
Sánchez.
Me uno a las felicitaciones a la Fundación Produce, que preside el
ingeniero Enrique Ramírez García, al presidente del Consejo Nacional de
Productores de Maguey-mezcal; a don Filiberto Saldaña Muñoz, presidente del
Consejo Estatal; a don Carlos Renato Hernández, coordinador del mismo Consejo y
al señor Albino Tlacotempa Zapoteco, del Mezcal Sanzekan, por haber ayudado y
patrocinado esta gran novela de nuestro amigo el reconocido escritor Juan
Sánchez Andraca, quien contribuye a revalorar esta actividad de nobleza y
tradición.
Cuando
falta entendimiento,
Cuando todo es puro gozo,
Cuando el mundo es muy
hermoso
O el recuerdo está sediento.
Si hay un mal presentimiento
O te
enfermas de amargura
Oye un consejo sincero:
Toma un mezcal de
Guerrero
Y verás cómo te cura…Emilio Ángel Lome Serrano
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